8/10/09

La vergúenza de un país

La cantidad de vergúenza de un país debería medirse por la cantidad de respeto que sus políticos, políticastros y gente de mal vivir en general, tienen por sus ciudadanos.
Ahora se trata de que algunas ciudades (entre ellas A coruña o La Coruña - a ver si se aclaran)traten de instalar dispositivos que ni creados por una mente retorcida de novela negra...o el mismisimo demonio, los sonidos de mosquito.
Estos aparatos, pensados únicamente para joder a los jóvenes, cnstruidos e instaurados por viejos acaudalados o políticos, que para el caso es lo mismo, consisten en artilugios que emiten un sonido insoportable al oido humano pero que soportan estoicamente toda clase de mosquitos y bichos por africanos que sean.
Un mundo pretendidamente de jóvenes que destruyen los viejos... en nombre de su bienestar o del mantenimiento, gasto de su pensión vitalicia.
Los jóvenes no tienen nada vitalicio, salvo aguantar a los insoportables organizadores de su vida, los viejos por lo menos tienen su pensioncita con la cual pueden acallar multitudes, ayudados por los emisores de ruidos mosqiteros.
Mal rayo los parta a todos, me refiero a los mosquitos.
Por fin aparecieron las armas de destrucciíón masica y estaban aquí. Las tenía una pandilla de viejos babeantes.
Buenos noches queridos jóvenes. No os queda más recurso que las barricadas.. y caiga quién caiga. Bueno, y si necesitáis a un viejo aquí estaré, para cagarme en la puta de bastos.

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