Oé, oé, y oé
Para que aprendan los alemanes a valorar nuestra deuda púbica... perdón, pública.
Además los alemanes tenían a Hitler, al que olvidaron, pero muuuuuuuuuuuchos españoles aún tienen a Franco presente en sus oraciones y en sus devociones.
Y como ni Dios ni los tribunales españoles resultam fiables que sea lo que dice el pulpo Paul, el alemán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario