16/6/09

El sistema de capitales, la riqueza, la pobreza y otros ídolos

Los inicios
Que el sistema capitalista actual está caduco o caducado del todo es un hecho indiscutible… al menos, indiscutible para una gran mayoría de gentes, agobiadas por las deudas y algunas veces por una pobreza gestante.
Lo dijo hoy algún ilustre representante del Banco de España; y digo representante porque por más que busqué la noticia no encontré ningún remitente personal en el mensaje. Puede ser que este sistema de comunicación de noticias se imponga en adelante con el fin de que nadie cargue con el muerto de haber dicho, o predicho alguna cosa y que pasado el tiempo se convierta en otra bien distinta, mejor o peor, que en acertijos esta gente no es demasiado “acertada”.
A lo que íbamos, el Banco de España ha dicho que “la crisis ya tocó fondo pero que las familias serán más pobre en adelante”.
Y no les quito la razón, probablemente en esta predicción estén acertados. Lo que no dicen es que otras familias (las de siempre, por cierto) serán más ricas. Será para no preocuparnos… ni que no conociéramos las más que tradicionales artimañas del capitalismo. Otra cosa es que no queramos verlas o que miremos para otro lado mientras nos vayan soltando para llenar el depósito de gasolina y para recargar el móvil.
Con esto la pobreza está mucho más idolatrada por parte de los todopoderosos que la riqueza. Los grandes dineros son habituales en sus cuentas corrientes, en su patrimonio y en sus conversaciones, con lo que, por exceso se convierte en aburrido.
La pobreza de muchos es el manjar preferido por el sistema capitalista, por ello rezan, seguramente, cada noche para que Dios dé pobreza a más y más gente y para que no dejen de tener el apoyo de los gobiernos, sobretodo de los gobiernos socialistas o de izquierdas en general, que por los otros gobiernos, los de la derecha (y todo lo que hay escondido ahí) no es necesario rezar, bastan con dar las gracias, también a Dios.

Y nosotros, los pobres, se lo pusimos a “güevo”.
Son inteligentes, muy inteligentes, más que todos nosotros juntos. Lo demostraron históricamente y siguen reafirmándose en su clarividencia.
Nos dan pan y circo, y a veces entradas para los toros, para que confiemos en su bondad y para que incluso lleguemos a pensar que cualquiera puede formar parte de ese club. Nos hicieron creer aquello de que cualquier botones de banco podía ser el presidente y revolucionaron a los botones, que somos muchos.
Nos incitaron, y nosotros tragamos, para que compráramos otra casa, o dos, mejor y más grande, otro coche, o dos, mejores y más grandes, otra televisión, mejor y más grande y ya de paso que sacarnos billetes para las vacaciones en los miles de paraísos parecidos a los suyos. Y así, durante años fuimos incrementando nuestra debilidad ante ellos, hasta el momento actual, en que esta debilidad se convirtió en sumisión dineraria.
Consiguieron que les debamos la mayor parte de lo que tenemos y durante 10, 20, 30 o más años, es decir, eternamente

Recomprar el Sistema
Lo tenían perfectamente planificado. Pensaron: “Vamos a prestar a estos estúpidos mucho dinero, cuanto más mejor, lo cogerán porque son egoístas, tanto como nosotros”.
Y llegó el momento, llegó el día D. Estos mismos decidieron dejar de prestarnos el dinero que tanto necesitábamos y como no pudimos pagar las deudas se quedaron con nuestras casas, nuestros coches o nuestros electrodomésticos a precio de ganga. Decenas de miles de casas vuelven a sus manos y decenas de miles de los miserables patrimonios que hayamos podido reunir son embargados por ellos, los mismos que nos consiguieron excitar, hasta cerca del orgasmo, para que compráramos.

Y el cuento vuelve a empezar, el Sitema se rearma, o no
En fin, que esos miles y miles de casas y bienes que nosotros compramos, que no pudimos pagar y que devolvimos, o nos quitaron, nos las están vendiendo de nuevo sin disimulo alguno. Están haciendo cerrar a miles de empresas para que crezcan los parados. Y no se ruborizan, ni ellos ni sus cuentas de explotación.
En cualquier caso pienso que nos queda un hilo de esperanza y es que no volvamos a caer en la misma trampa, tan bien urdida. También estoy seguro de que se cuidarán de que el número de parados no suba más, ya que podría venírseles abajo el chiringuito con el temporal que podrían provocar. Y es que nosotros, los pobres, aprendemos así, a batacazos y los ricos en Harvard.

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