Ana, la Mato

Ana, la Mato

La Ministra Mato, la de la sanidad del Pp, anuncia un plan de igualdad salarial entre hombres y mujeres que incluirá sanciones. Evidentemente las sanciones serán para los hombre y mujeres que no se bajen el sueldo hasta igualar a los de abajo. Por cierto, esta buena señora era la que no se acordaba de que tenía un Jaguar, que le habían regalado, en el garaje de casa.

La misma ministra quiere que los asuntos de las mujeres maltratadas lo hagan voluntarios y voluntarias. No es descartable que la genialidad de la señora haga que se obligue a ser voluntario. No tardará.

Un colegio público restringe la carne del menú "por la llegada de la Cuaresma". Hasta nuevo aviso solo comerán bacalao, se comerán también una misa y dos rosarios. Para compensar se dejará a los chavales que se echen un cigarrito en el recreo, para que estén relajados y bien “endrogados”.

El Banco de España abre un expediente sancionador a los exdirectivos de CAM, pero de buen rollito, no vaya a ser que se mosqueen. Y nada de cárcel que allí solo aprenden a delinquir más.

Los griegos aceptaron ayer las condiciones impuestas por Merkel, sin embargo aún no les van a dar el dinero. Y así lleva dos años la buena señora, jugando con todos. No creo que tarde mucho en llegarle su hora.

La Ley del Tabaco consiguió que el consumo de tabaco disminuya positivamente. Ahora se fuma más que antes y los chavales empiezan a fumar a los trece años. No va a quedar más remedio que subir el precio del tabaco a nivel de coca. Estaremos todos drogados, pero el negocio va a subir una barbaridad.

El Ministro de Industria (no sé como se llama ni me importa) dijo que iba a obligar a las eléctricas a facturarnos cada dos meses y con lectura real, pero nada de nada. Ahora va a crear “el céntimo verde” sobre la gasolina para gastar en algo, seguramente en los sueldos de todos ellos. Y de paso el Guindos los verá como brotes.

Y ahora a esperar a que se anulen todas las actuaciones del caso Gurtel. Hoy ya oiremos algo. Ahora que, no nos empeñemos en echar la culpa a los jueces, la culpa la tienen los franquistas, el facherío y los señores del partido popular, acompañado de los que les dan el poder, sus votantes.