17/11/11

Habrá, don Mariano, habrá...

Rajoy dice: "Habrá que decirle a los bancos que dieron hipotecas por pisos a 100, que los vendan por 70 y asuman la pérdida”.
Pues habrá don Mariano, habrá. El problema es que usted no sirve para decir nada coherente y menos a “los sus” bancos ni a “los sus” empresarios, tan emprendedores ellos, y de tan discreto comportamiento. Ayer apareció una noticia por ahí, que seguramente será falsa, ya que si es verdad es para meterse en la trinchera, en la que el señor Presidente de Telefónica (de España, que todo hay que decirlo), el tal Alierta, pagó 100 euros por una limpieza de bajos, perdón, de zapatos. Prefiero pensar que pagaba soterradamente algún gramo, o que sus zapatos cuentan tres mil euros, o más, y el limpia tiene que usar, para su limpieza, semen de embrión humano traído al efecto, por la mañana, directamente desde el Vaticano, o de otro lugar elegido por los dioses de la eyaculación excedente.
Pero sigamos con lo nuestro, que si me distraigo con sus secuaces no acabaré nunca de explicarme.
Si usted, don Mariano, cotizara como la deuda pública española, estaría ya con un diferencial imposible de amortizar y en zona de rescate, como su país, a no ser, claro, otros amorticen por usted, que será lo más probable.
Este servidor de usted (no vaya a ser que gane) tiene poca idea de economía, algo parecido a lo que sucede a sus fieles equipos, también servidores de usted, que de economía no entienden, pero de otras cosas tampoco.
Es fácil entender la política económica y social que aplicará a partir del día 20; su ideario de economía pronto lo explicarán Epi y Blas, con tanta sencillez que hasta usted acabará entendiéndolo.
Lleva usted y sus fieles varios años intentando hundir su país pero aún no lo han conseguido; no son tan eficaces como usted pensaba, les valora en demasía. Pero mal trabajo no hicieron, sobre todo desde que se apostaron en el puesto del francotirador con ventaja disparando desde las azoteas, al ganar con holgura las elecciones municipales y autonómicas pasadas.
A partir de ahí sacaron su artillería más pesada y dieron comienzo a hacer leña del árbol caído, leña para alimentar su chimenea exclusivamente. Cuanto más caíamos más aplausos y más motivos para el alborozo y para que los españoles, obligados, neguemos el voto al gobierno actual y menos aun a los “partidillos” políticos que pululan por ahí.
Había que aumentar la cantidad de parados como fuera… recortando, anulando, reconvirtiendo o puliendo servicios. Había que subir el descrédito de su país, y lo hicieron de puta madre, a base de comunicados y ruedas de prensa (sin preguntas) para que hasta su expresidente pudiera servirles sin acomplejarse, pensando en que podía estar haciendo algo malo. Repartió usted, sin tener que firmar nada, patentes de corso a los suyos y balas para que pudieran disparar, cada uno desde su azotea, sin miedo a quedarse sin munición. Y vaya que si las cumplieron y siguen cumpliendo. Siempre en gerundio para que no se notara demasiado y echar la culpa a otros, que ustedes los ángeles tienen alas para salir pitando de los embrollos y no tienen sexo para no tener que mojarse.
Estoy bien seguro de que en este momento estará pensando que quién le habrá mandado meterse a candidato a presidente del gobierno, igual que estará pensando el señor Rubalcaba, pero ya no hay marcha atrás. Con lo tranquilito que estaría usted en Santa Pola, en su registro de la propiedad y tomando el sol a ratos.
Quién la mandaría, pregunto. Ya sé que usted no admite preguntas, pero algún día la respuesta llegará sola.

2 comentarios:

Apunica dijo...

Se te va encendiendo cada vez más la sangre, primo, y casi, casi, llegas al rojo pasión (sin segundas,eh). Lo entiendo perfectamente. A mi me pasa. Hoy escuchaba por la radio a nuestro barón rampante, el jefe Feijóo, decir con manifiesta falsedad de ofendido, que estaba viviendo la campaña más llena de insultos y descalificaciones para los suyos por parte de "los otros". Me siguen asombrando y, lo reconozco, crispando, estos politicastros aquejados de una contumaz anomalía que consiste en señalar al contrincante como único emisario de las aberraciones que ellos mismos están cometiendo constantemente. Supongo que así tienen la percepción de que se liberan de toda culpa y se quedan tan panchos. En psiquiatría seguro que tiene un nombre este fatal desarreglo, pero ahora no me viene.
Por lo demás, suscribo tus palabras renglón por renglón. Tal cual.

RuneRider dijo...

La cosa es para andar más "quemao" que de coña. Estos dias es que ando un poco más mosqueado que de costumbre, y es que la cosa no es para menos. Espero recuperar pronto las risas, supongo que a partir de yo que sé. Te puedo asegurar que ando más mosqueado con la gente (en general) que con los politicos. Hay que ver lo que anda por ahí y rascarles en el cogote un poquito.
Gracias prima.