Los españoles somos unos puteros

Cuatro de cada diez españoles tiene a bien “irse de putas”. Desde que salió la noticia en los periódicos me da la impresión de que las vecinas me miran un poco raro. El estudio no dice si lo hacemos de vez en cuando, una vez al mes o cuando se tercia, pero lo hacemos, y esto está demostrado por la demoscopia española, “que nunca acierta pero siempre se equivoca”.
Según anda el patio me da a mí que hasta las putas están en crisis, aunque bien mirado no sé si RubalRajoy saben que aquí hay pasta sumergida y que, aunque esté un poco húmeda, será pasta gansa para ir solucionando lo de la economía sumergida y a la vez recuperar nuestra economía, que está hecha unos zorros. Ahora que como seamos las zorras y los zorros los que demos un vuelco a los ingresos del Estado la cosa será para colgarnos medallas… de donde sea, que lo merecemos.
Claro que también está, por el otro lado, la cosa de la dignidad de las prostitutas y, supongo que, la de los “usuarios” de la prostitución también. Habrá que regular para que podamos ir de putas dignamente y que las putas atiendan a los cuatro de cada diez puteros españoles dignamente. A ver si con una buena atención llegamos a ocho de cada diez.
Tengo que aclarar que una cosa es la economía del país y otra, bien distinta, es la dignidad de las prostitutas, que a buen seguro defendería mucha gente, y con razón.
Digo todo esto como de buen rollo pero tiene su punto de seriedad, por el asunto de la dignidad.
Subrayo, por si a algún político aprovechado se apodera de mi idea: “La dignidad de los españoles, puteros o no, y de las prostitutas, obligadas o no, no solo está entre las piernas.