Puertas “Aguirre”, para aficionados al fútbol.
No pensaba yo en este momento “crisíceo” cambiar la puerta de casa, pero si tuviera mucho y bueno que guardar no instalaría una puerta “Aguirre”. Llega un chaval borracho (si fuera hembra se diría que estaba un poquito piripi, pero no), aficionado al fútbol, tras una paradinha y ¡zas! patadita, emulando a algún ídolo del balompié brasileño, a la puerta de la casa de la señora marquesa.
Y es que la nobleza no gana para sustos, las mismísima recién estrenada novia-esposa, la Duquesa del Amanecer se rasga y rompa la pelvis nada más casarse y en luna de mieles. La señora duquesa tiene la pelvis donde le da la gana, que para eso cobra millonarias subvenciones, pero si fuera otra la pelvis la tendría entre las piernas y protegiendo la cosa genital. Digo yo que no se estaría quieta cuando se enteró de que su estrenado marido tenía un amante empresario o tuvo que hacerla ella todo ante el ex funcionario público.
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